jueves, 11 de agosto de 2011

Exapostiliarion (Tono II)

Santo es el Señor Dios nuestro (3 veces).

LAS ALABANZAS

¡Todo lo que respira que alabe al Señor!

Alabad al Señor en el cielo, alabadle en las alturas, a ti pertenece la alabanza, oh Dios.

Alabadlo todos sus ángeles, alabadle todos sus ejércitos. A ti , oh Dios pertenece la alabanza.

Alabadlo todos sus ángeles; alabadlo todas sus potencias. A ti , oh Dios pertenece la alabanza.

Alabadle por sus proezas, alabadle conforme a la multitud de sus grandezas.

Idiomelon (Tono II)

Hoy, el sepulcro contiene al que contiene en su mano a la creación; la piedra cubre al que cubre con su fuerza los cielos; duerme la vida, y el infierno tiembla, y Adán es liberado de sus cadenas. Gloria a tu disposición, por la cual habiendo culminado todo, nos concediste un descanso[1] eterno, por tu santísima resurrección de entre los muertos, como Dios.

Vers.: Alabadle al son de la trompeta, alabadle con salterio y cítara.

¿Qué es esta maravilla vista? ¿Qué descanso es el presente? El Rey de los siglos, habiendo culminado su economía por medio de la pasión, descansa[2] en un sepulcro, concediéndonos un Sábado nuevo. Clamémosle: ¡Levántate, oh Dios, juzga la tierra, pues tú reinas por los siglos! Tú que tienes sin medida la gran misericordia.

Vers.: Alabadle con tímpanos y flauta, alabadle con instrumentos de cuerda y con órgano.

Venid, veamos a nuestra Vida, yaciente en un sepulcro, para vivificar a los que yacen en los sepulcros. Venid, cantemos proféticamente a nuestro Dios, descendiente de Judá, que duerme. Cayendo, dormiste como un león. ¿Quién te levantará oh Rey? Pero, ¡resucita por tu propio poder, tú que por nosotros te entregaste a la muerte, Señor, gloria a ti!

Vers.: Alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de júbilo.

¡Todo lo que respira, que alabe al Señor!

José pidió el cuerpo de Jesús y lo depositó en su sepulcro nuevo, porque debía salir del sepulcro como del parto. ¡Oh tú, que quebrantaste el poder de la muerte, y abriste las puertas del Paraíso a los hombres, gloria a ti!

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Místicamente prefiguró el gran Moisés el día de hoy diciendo: Y bendijo Dios el séptimo día ; pues éste es el Sábado bendito; este es el día del reposo en el que el Hijo Unigénito de Dios reposó de todas sus obras; observando el Sábado[3] en la carne, mediante la dispensación de la muerte »que le llevó a sufrir la muerte¼, y volviendo de nuevo a lo que era anteriormente; por medio de la resurrección, nos concedió la vida eterna, como único Bueno y amante del hombre.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

Theotokíon

Sumamente bendita eres Virgen Madre de Dios. Porque el infierno fue esclavizado por medio de Aquel que se encarnó de ti, y Adán fue llamado de nuevo, la maldición ha sido anulada, Eva fue liberada, la muerte matada, y nosotros fuimos vivificados. Por eso, alabándote te clamamos: “¡Bendito eres tú, Cristo Dios nuestro, que así te complaciste, gloria a ti!”.

Doxología

Como en p. 31.

PROCESIÓN CON EL EPITAFION

Sale el Epitafion precedido por los cantores que van entonando el siguiente canto:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros (3 veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

o el siguiente tropario:

Toda la creación se turbó de temor contemplándote suspendido en la cruz, oh Cristo. El sol se oscureció y los cimientos de la tierra se estremecieron; todo padeció con el Creador de todo. Tú, que voluntariamente soportaste todo por nosotros, Señor, ¡gloria a ti!

Al volver al templo, el clero entra al santuario y el celebrante dice:

Sac.: Estemos atentos. La paz sea con todos.

Coro: Y con tu espíritu.

Sac.: Sabiduría.

Y llendo delante del Epitafion, inciensa alrededor de la santa mesa tres veces, cantando con los otros sacerdotes los Apolytikia:

Cuando descendiste a la muerte, ¡oh Vida inmortal! aniquilaste al infierno con el resplandor de la divinidad. Cuando resucitaste a los muertos de debajo de la tierra, todas las potencias celestiales clamaron: “¡Cristo nuestro Dios, Dador de Vida, gloria a ti!”

El ángel que estaba junto al sepulcro, clamó a las mujeres portadoras de mirra: “La mirra corresponde a los muertos, pero Cristo se ha mostrado ajeno a la corrupción”.

Luego canta lo siguiente:

El piadoso José, bajando del madero tu purísimo cuerpo, envolviéndolo en un sudario limpio y honrándolo con perfumes, lo depositó en un sepulcro nuevo.

El Epitafion es colocado sobre la santa mesa y permanece hasta la despedida de la Resurrección.

Se dice el siguiente tropario:

Tono II

El que contiene los confines se dignó ser contenido en un sepulcro, oh Cristo, para liberar al hombre del temor del infierno, y para vivificarnos, dándonos la inmortalidad, en cuanto Dios inmortal.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Y para vivificarnos, dándonos la inmortalidad, en cuanto Dios inmortal.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

El que contiene los confines se dignó ser contenido en un sepulcro, oh Cristo, para liberar al hombre del temor del infierno, y para vivificarnos, dándonos la inmortalidad, en cuanto Dios inmortal.

LECTURA

Diác: Estemos atentos.

Lector: Prokimenon (Tono IV)[4]

Levántate, Señor. Auxílianos y líbranos a causa de tu Nombre.

Vers.: Oh Dios, hemos escuchado con nuestros oídos, y nuestros padres nos lo anunciaron

Diác: ¡Sabiduría!

Lector: Lectura de la profecía de Ezequiel (37, 1-14)

Diác: Estemos atentos.

La mano de Yahveh fue sobre mí y, por su espíritu, Yahveh me sacó y me puso en medio de la vega, la cual estaba llena de huesos. Me hizo pasar por entre ellos en todas las direcciones. Los huesos eran muy numerosos por el suelo de la vega, y estaban completamente secos. Me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán vivir estos huesos?» Yo dije: «Señor Yahveh, tú lo sabes».Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos. Les dirás: Huesos secos, escuchad la palabra de Yahveh. Así dice el Señor Yahveh a estos huesos: He aquí que yo voy a hacer entrar el espíritu en vosotros, y viviréis. Os cubriré de nervios, haré crecer sobre vosotros la carne, os cubriré de piel, os infundiré espíritu y viviréis; y sabréis que yo soy Yahveh».

Yo profeticé como se me había ordenado, y mientras yo profetizaba se produjo un ruido. Hubo un estremecimiento, y los huesos se juntaron unos con otros. Miré y vi que estaban recubiertos de nervios, la carne salía y la piel se extendía por encima, pero no había espíritu en ellos. El me dijo: «Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre. Dirás al espíritu: Así dice el Señor Yahveh: Ven, espíritu, de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que vivan». Yo profeticé como se me había ordenado, y el espíritu entró en ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército.

Entonces me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, todo ha acabado para nosotros. Por eso, profetiza. Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo abro vuestras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel. Sabréis que yo soy Yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de Yahveh».

EPÍSTOLA

Diác: Estemos atentos.

Lector: (Prokimenon) (Tono grave)[5]

Levántate, Señor Dios nuestro, sea exaltada tu mano.

Vers.: Te confesaré, Señor, con todo mi corazón, contaré todas tus maravillas.

Diác: ¡Sabiduría!

Lector: Lectura de la primera epístola de san Pablo a los Corintios (1 Co 5, 6-8 y Gal 3, 13-14)

Diác: Estemos atentos.

Hermanos, ¿no sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Purificaos de la levadura vieja, para ser masa nueva; pues sois ácimos. Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado. Así que, celebremos la fiesta, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia e inmoralidad, sino con ácimos de pureza y verdad[6].

Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero, a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa.

Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya.


Vers.: Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos, y huyan de su rostro los que lo odian.

Vers.: Como se disipa el homo, disípense; como se derrite la cera ante el fuego.

Vers.: Así perecerán los pecadores ante el rostro del Señor, y los justos se regocijarán.

EVANGELIO

Sac.: Sabiduría, estemos de pie. Escuchemos el Santo Evangelio. La paz sea con todos vosotros.

Coro: Y con tu espíritu.

Diác: Lectura del Santo Evangelio según san Mateo (27, 62-66)

Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilatos y le dijeron: «Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: "A los tres días resucitaré". Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: "Resucitó de entre los muertos", y la última impostura sea peor que la primera». Pilatos les dijo: «Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis».Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.

Letanía

Como en p. 31, que termina así:

Diác: Porque tú, oh Dios, eres bueno, misericordioso y lleno de compasión, te glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

BENDICIÓN (APÓLISIS)

¡Gloria a ti, Cristo Dios nuestro y esperanza nuestra, gloria a ti!

Sac.: Cristo, nuestro verdadero Dios, quien por nosotros los hombres, y por nuestra salvación, se dignó sufrir en la carne la terrible pasión, la cruz vivificadora, y la sepultura voluntaria, tenga piedad de nosotros, por la intercesión de su purísima y Santa Madre, y de todos los santos, y nos salve por medio de su bondad y compasión, como Dios misericordioso que ama a la humanidad.

Por las oraciones de nuestros santos Padres, Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten misericordia de nosotros, y sálvanos.

Equipo de redacción: “En el Desierto”


[1] sabbatismón

[2] Observa el Sábado

[3] sabbatísas

[4] Sal 44, 27, 2

[5] Sal 9, 33. 2

[6] A partir de aquí comienza Gal 3:13-14.