martes, 7 de agosto de 2012

LA ORACIÓN HESICASTA
Transcribimos el siguiente texto de la Oración Hesicasta de la obra italiana: La Preghiera.  E. ANCILLI.  TOMÁS SPIDLÍK. La preghiera esicastica, I. Citá Nuova, Editrice. Roma 1990.
Traducción al Castellano: F. Panella

III. SIMBOLISMO DE LOS ELEMENTOS

      3.  Atención al corazón
Atención a sí mismo es un término clásico del a espiritualidad oriental[1]. Los hesicastas presentan la virtud de la prosoché (atención) como condición necesaria para la proseuché (oración)[2]. El famoso opúsculo de Nicéforo habla de tres diversas atenciones: 1- sobre sus representaciones  imaginativas y sensibles; 2- sobre aquello que pedimos en la oración; 3- sobre el corazón[3].
El autor considera como única verdadera atención, sólo la tercera, y la asume no sólo en sentido espiritual, sino también físico, la atención al corazón carnal como símbolo del espiritual.
En el yoga se atribuye una notable importancia a la localización del pensamiento, uniéndolo con un órgano que le debería corresponder según la estructura psicofísica del hombre. Los hesicastas hablan de modo explícito, sólo del corazón. Al contrario del monje Nicéforo,  en los  Diálogos sobre la oración de Jesús, insisten en que el lugar propio de la atención corporal durante la oración no debe ser nunca el ombligo o la base del vientre, sino el pecho, un poco a la izquierda de él, “lugar del corazón”[4].
Con un modo más docto, mons. Bloom distingue cuatro localizaciones: 1) el pensamiento puede ser localizado en el centro cráneo cerebro-frontal; 2) en el centro buco-laringe; 3) en el centro pectoral, 4) en el centro cardíaco. Podemos añadir un quinto caso, cuando el pensamiento queda “errante”, no ligado a ningún lugar físico. Esto, según Ramakrisma, es semejante a un mono caprichoso[5]. Simbólicamente esto corresponde a la enseñanza de los Padres griegos sobre el origen del mal: los pensamientos malos vienen “del exterior”, “vagabundean en torno nuestro”. Mas, volvamos a la descripción de mons. Bloom.
El centro cráneo cerebro-frontal es situado entre las cejas. Corresponde a un pensamiento abstracto de una inteligencia pura. Puede ser un pensamiento muy intenso, lúcido, y también muy inestable. La concentración de este tipo exige mucha fuerza de voluntad, la cual produce fatiga y al final disipación. Teófano el Recluso, lo explica así, en sentido espiritual, la oración que permanece “en la cabeza”, que no es afectiva[6].
Colocado en el centro buco-laringe, el pensamiento pierde su carácter abstracto y entra en el dinamismo de la vida. Más, todavía es inestable. Se puede pensar en esta ocasión en la experiencia del Peregrino ruso, el cual se había habituado a recitar la oración de Jesús, oralmente[7].
El pensamiento situado en el centro-pectoral, en medio del pecho, puesto en la respiración, adquiere entonces un ritmo más estable. Pero la mayor estabilidad se obtiene cuando la localización está fijada en el mismo corazón. Según el yoga, la respiración está más unida a la “idea”, mientras el corazón lo está al “sentimiento”. En el lenguaje espiritual de los monjes rusos el “sentimiento del corazón” significa una disposición estable, por consiguiente un “estado” de oración. “¡Descender de la cabeza al corazón!”, es la advertencia que Teófano el Recluso repite con mucha frecuencia[8].


4.     El calor
En los países del desierto, el sentimiento de la presencia del Espíritu Santo, podía ser llamado metafóricamente: Dulce refrigerio. Los rusos expresan la paz espiritual con la imagen del calor espiritual[9]. La respiración regulada produce efectos de calor que desde el pecho se difunde en todo el cuerpo y crea un sentimiento de alegría. El monje Basilio en los Diálogos sobre la oración de Jesús[10], describe estos fenómenos. El calor se siente a veces tan fuerte que, ciertos monjes usaban una sábana mojada para calmarse, pero, Basilio creía que, en esos casos era suficiente concentrarse algún tiempo sobre la garganta en vez del corazón. Las pulsaciones se hacen más fuertes y podía ser acompañada con fenómenos de luces.
Pero todos los autores espirituales en estas ocasiones advierten severamente que, se tratan de efectos naturales, ¡no de la gracia![11] El valor de éstos, depende del uso que se haga para el bien de la oración.
Equipo de redacción: “En el Desierto”


Notas:
[1] R. VERNAY, Attention, DS I (1939), coll. 1058-1077.
[2] È il titolo del trattato di Niceforo, cf. note 41-42.
[3] Ed. Di HAUSHERR, pp. 150s.
[4] Besedy…, p. 229.
[5] Technique et contemplation, coll. “Études carmélitaines”, 1949, p. 55.
[6] Cf. T. SPIDLÍK, La doctrine spirituelle de Théophane le Reclus. Le Coeur et l’Esprit, in “Orientalia Christiana Analecta”, 172, Roma 1965, pp. 249s.
[7] Racconti…, trad. Di Bortolon, p. 115.
[8] “Orientalia Christiana Analecta”, 172, pp. 249s.
[9] Cf. il famoso colloquio fra Serafino di Sarov e Motovilov, T. SPIDLÍK, I Grandi mistici russi, Roma 1977, pp. 173s.
[10] Pp. 329s.
[11] “Orientalia Christiana Analecta”, 172, p. 291.