Queremos compartir con ustedes
algunos aspectos de la Vida del Santo maronita, Charbel Makhluf, Ermitaño del
Líbano.
Los
textos han sido extraídos del libro “SAN CHARBEL SEGÚN SUS CONTEMPORÁNEOS” del Padre
Hanna Skandar.
¿Quién
fue San Charbel?
“Su padre se llamaba Antonio Zaarur, “Abu
Hanna”, de Bqaakafra. Su madre, Brígida Elías Jacob Al Chidiac, de Bcharri. Tenía dos hermanos: Juan
y Anunciación; y dos hermanas: Kauna y Rosa. Él era el menor de la familia.
José era el nombre civil y, Chárbel, el nombre religioso, cuando entró en la
Orden.
Su papá
era un sencillo trabajador, como el resto de los habitantes de su aldea”, “que vivía del cultivo de su tierra; y su
mamá se ocupaba de los trabajos domésticos. Ambos eran piadosos y se preocuparon por darle una
educación cristiana”.
“En aquella época, el ejército del príncipe
del Líbano, obligaba a los
dueños de bestias de carga a trabajos forzados, para transportar las rentas del príncipe, toda clase de granos
a Beit-Eddine. En el curso del año 1831, Antonio Zaarur tenía una mula y
trabajaba en la localidad de Magdlaya. Fue requerido para el trabajo forzado a
transportar el producto de dicha aldea a Biblos, para enviarla, después, a
Beit–Eddine. En el camino de regreso de Biblos hacia Bqaakafra, llegó a la
aldea de Guerfin, donde cayó enfermo, murió y fue sepultado”. “Esto sucedía el
8 de agosto de ese mismo año, cuando Antonio Zaarur entregaba su alma a
Creador, en la aldea de Guerfin, en la ciudad de Biblos, cuando efectuaba su
trabajo forzado de transportar los productos dese Magdlaya a Beit-Eddine”. Entonces,
su viuda se ocupó de los niños, ayudada por su cuñado Antonio Zaarur”
La casa
del abuelo de San Chárbel, donde nació, todavía se encuentra en Jalidie. Fue
restaurada, hace ya como unos quince años, y transformada en iglesia. Dicen que Brígida venía con su
familia y “Abu- Hanna”, portando con ellos sus reses, para pasar allí el
invierno, durante cuatro meses, huyendo del frío y de la pobreza. Ella ayudaba
a sus padres en la recolección de las aceitunas. Fue allí donde nació José, San
Chárbel, en invierno, y fue bautizado en la antigua iglesia de Nuestra Señora
de Jalidié” “o, bien, Nuestra
Señora de Bqaakafra”.
“Cuando San Chárbel estaba en Bqaakafra, no se
llevaban, todavía, registros en la iglesia”. En efecto, el registro N°1 empezó en el año 1830. Es por eso por lo
que Chibli declara: “Yo no encontré en
los registros de bautismos de la aldea
de Bqaakafra la mención del nacimiento y del bautismo del Padre Chárbel. Pero sí
encontré la mención de los bautismos de sus hermanos, del deceso de su padre y
de su madre. Deduje de todo esto, que el Padre Chárbel nació el “ocho de mayo”
de 1828. Otra hipótesis señala su nacimiento en 1833. Pero lo más probable,
según la lógica, es que su nacimiento haya sido a comienzos de la primavera de
1832, unos meses después de la muerte de su padre. Esto es lo más probable, por
dos razones: su mamá era todavía joven,
pues trajo al mundo a Antonio, en su
segundo matrimonio, el ocho de septiembre de 1834 y, a Noé, el tres de julio de
1837.
José era
el menor de la familia y, entonces, es probable que su mamá estuviera encinta
cuando la muerte de su padre.
Dos años y dos meses después de la muerte de Antonio Zaarur, Brígida se volvió a casar: “Yo, el Padre Jorge, bendije el matrimonio de Lahud Ben–Jorge Abrahán, con Brígida, hija de Elías Al-Chidiac, de Bcharri, en presencia de los testigos, en el mes de octubre de 1833”... “Después, Lahud fue ordenado sacerdote, con el nombre de Padre Abdel Ahad; pero no se encargó de la parroquia de Bqaakafra, sino, más bien, de una parroquia en la zona de Baalbek. Brígida lo acompañó a Chlifa y a Btedii, donde él tenía algunas tierras.
“Después del segundo matrimonio de su madre, Chárbel vivió, como huérfano, al cuidado de Antonio, su tío paterno, junto con sus hermanos y hermanas, quedando bajo su tutela. Su madre venía, de vez en cuando, para verlos. Los niños se entretenían, los unos con los otros, bajo lo custodia de su tío Antonio y sus parientes lejanos”.
“El Padre Chárbel
aprendió a leer y a escribir con los curas de la aldea, sus contemporáneos:
Jorge, Benedicto, Antonio, Juan y José, de la familia Majluf, en la escuela del
convento de San Hochab, en ése,
entonces. “Mi abuelo me contó: “cuando él era muy joven, llevaba siempre en la
mano el libro de oraciones”. Oí hablar a mi abuelo de su buen humor, de su
obediencia a sus padres y su cariño por sus hermanos”. “José crecía en edad y
en conocimiento, en fervor y en bondad. Era un ejemplo viviente, en palabras y
en obras, entre los chicos de su aldea. Oraba mucho, se confesaba y comulgaba
con frecuencia”
(Agradecemos la colaboración a los miembros de la Cofradía de
san Charbel,
de la Parroquia San Juan Marón, en Mendoza, Argentina)
Equipo de redacción: “En el Desierto”