viernes, 31 de agosto de 2012

LA ORACIÓN HESICASTA
Continuación... 
Transcribimos el siguiente texto de la Oración Hesicasta de la obra italiana: La Preghiera.  E. ANCILLI.  TOMÁS SPIDLÍK. La preghiera esicastica, I. Citá Nuova, Editrice. Roma 1990.
Traducción al Castellano: F. Panella

III. SIMBOLISMO DE LOS ELEMENTOS

 5.      El sentimiento de paz y armonía
La paz es un don mesiánico, dice la Escritura[1]. Los hesicastas aprovecharon estos textos para probar la necesidad de la hesychia como condición indispensable de la vida espiritual[2]. Sus exhortaciones fueron escuchadas en los ambientes griegos con gran simpatía, porque el sentido de la armonía ha caracterizado el espíritu helénico, fin de los tiempos antiguos. Los Padres describieron con gusto la consecuencia del pecado como una thoribos, turbación[3]. Aparece como natural, en estos ambientes, la regla del discernimiento de los espíritus: Quidquid inquieta test a diabolo. La venida del Espíritu es una paz que el mundo no conoce.
El método físico produce la calma, armonizando, según el mismo ritmo, las diversas funciones vitales: los latidos del corazón, la respiración, el caminar, la oración vocal y los pensamientos que le siguen.  Todo esto hace pensar en la paz de Dios. Podría, sin embargo, degenerarse fácilmente en un quietismo, en los que pretenden la paz sin posteriores finalidades.
Debe ser, en cambio, intensa esta armonía como la disposición de uno que concentra todas sus fuerzas para escuchar mejor la voz de  Dios y, para combatir a los “demonios”, que vienen “de afuera”, como si fuese en un castillo interior.

6.     El control de la energía vital
La respiración bien regulada permite, como dice el yoga, “tener la cantidad de prânas (energía), del cual el hombre dispone, el grado máximo de intensidad[4]. Los hesicastas están persuadidos de que el método físico supone la práctica del ayuno, a la vez muy riguroso, pero al mismo tiempo gozoso, que no se siente como peso, sino como libertad interior frente a las necesidades del cuerpo. ¡Cuántos ejemplos de esto se encuentran en las biografías de los santos monjes!

CONCLUSIÓN
Desde el punto de vista teológico, la valoración del método, no es inconveniente. La oración cristiana que busca poner al hombre entero en relación con Dios, no debe a priori renunciar a ningún elemento que la experiencia le ofrece como ayuda para esta finalidad. Pero la mayoría de los teólogos dejan a los estudiosos de Psicología y de Medicina el terminar de juzgar cuanto le corresponde a su campo.
Desde el punto de vista de la historia del ascetismo, se pueden recoger ciertas experiencias en sentido positivo y negativo (pero no son tan detalladas). Hay un gran número de testimonios genéricos a favor del método. Estos fueron entre los monjes, personajes serios, de una sólida vida espiritual, los cuales aseguran que el método hace un gran bien.
Pero, ellos mismos advierten también los peligros y conocen desviaciones; sin duda fue lamentable el no dejarnos ejemplificaciones. Creen que el método debe ser enseñado y controlado personalmente por un padre espiritual experto. Pero luego de la exposición que hemos hecho, quizás se pueda adivinar cuáles sean los peligros mayores. Hemos dado a todos los momentos del método hesicasta una explicación simbólica, interpretándola como signo de una actitud espiritual. Pero no todos los hombres son capaces, en igual modo, de vivir y profundizar el simbolismo; pasar del signo a la realidad que se busca. Sucede que, como en el culto a los iconos: quedarse sin pasar al otro significado, hace del símbolo un ídolo y, en el camino, un obstáculo.
Vivir el propio cuerpo como símbolo es, todavía más difícil, porque puede degenerarse en el culto del cuerpo y de los sentimientos carnales.
Ciertos ejercicios “físicos” producen casi automáticamente sentimientos que parecen una consolación espiritual: la calma, la alegría de estar solos, fenómenos de luces y de calor. Confundirlos con las verdaderas consolaciones interiores sería una de las desviaciones más temidas por los autores espirituales. Esforzarse por dar su significado simbólico místico cuando la vida del hombre no corresponde a un grado tal, sería una especie de esquizofrenia espiritual que puede conducir a aberraciones mentales.
No creemos que sea falta de ecumenismo, cuando los autores orientales desaconsejan, a veces a los occidentales, practicar el método físico, diciendo que son para esto “poco místicos”.
La cultura europea es extremadamente “analítica”. Pero, tal vez, el sentimiento doloroso de esta parcialidad es el motivo por el que el método hesicasta atrae a tantos hombres de hoy y, tal vez, es un medio apto para despertar una actitud más espontánea y para retornar a la propia fuente, al estado en el cual el hombre trata de vivir en sí mismo, en su integridad.
“Esto es el fin de la vida de un solitario –escribe Casiano[5]- el cual debe aplicar todos los esfuerzos de su espíritu: llegar a un estado en el cual se poseyese, en el cuerpo mortal, una imagen de la felicidad eterna y se comience a gustar, en la vasija de tierra, las primicias y prendas de aquella gloria y de aquella vida que es toda divina, la cual se espera que tengamos en el cielo”.
Equipo de redacción:"En el Desierto" 


Notas:

[1] Cf. Lc. 2, 14; 19, 38; 19, 42s., ecc.
[2] I. HAUSHERR, Hésychasme et prière, cit., p. 169s.

[3] M. AUBINEAU, Le thème du “bourbier” (bórboros) dans la littérature grecque, profane et chrétienne, in “Recherches de Science Religieuse” 47 (1959), pp. 185-214.
[4] Technique et contemplation, cit., p. 20.
[5] Coll. X, 17, in “Sources Chrétiennes”, 54 (1958), pp. 81s.